jueves, 24 de mayo de 2012

Maldita crisis, bendita oportunidad

De tan ilusionante nos pareció la ilusión que nos vendieron y ayudamos a crear, que la hicimos rápidamente nuestra realidad. Nos abandonamos a ser un pupilo adelantado del continente europeo: por primera vez se apreciaba nuestro potencial fuera de las fronteras nacionales y se escuchaban nuestras opiniones como posibles "a tener en cuenta". Caímos en la trampa del orgullo y la comodidad. Cierto es que podían existir indicios y teníamos cualidades de potencial; una joven democracia aún en la veintena, pero nos olvidamos del criterio y la postura crítica, pues si el maestro europeo nos decía que todo marchaba bien, era suficiente. Olvidamos que hasta el más sabio de los maestros se equivoca, y es maestro precisamente porque supo aprender de los errores y seguir avanzando.

Si el ser humano es un animal que se caracteriza por una adaptación fácil a cualquier medio, el ser español lo es aún más. Con gran soltura y celeridad nos acostumbramos a una vida cómoda y agasajadora, que nos ha mimado y seguido el rollo durante estos últimos 15 años. La clase trabajadora se convirtió en clase media y llegamos a un estatus quo que era equiparable a algunos otros estados europeos que considerábamos mejor posicionados.
Pero cual estúpidos, hemos olvidado la historia, que siempre se repite, y que nunca merece ser desdeñada, pues es amante cruel y cuando se cree que ya se ha ido, vuelve con más fuerza. De nuevo el dinero irreal, ficticio, jugar con la especulación, vender humo... Resuena el crack de la bolsa del 29. Si bien no entiendo de economía, creo que los causas son bastante parecidas: Vivir por encima de los posibles, creer que las riquezas brotan de la nada, especular con bienes materiales y creer que el dinero es la única verdad absoluta.

Aun así, de todo se aprende. Y no es hacer una apología del positivismo y creer que el mundo será un camino de rosas. Porque la vida es contradictoria y nuestras acciones conforman parte de esta contradicción porque, aunque se basen en la lógica y en el principio de causa-consecuencia, la sumatoria de todas las variables da un abanico de posibilidades infinito.

A esto hace referencia el título del artículo.
Maldita crisis: Ha sido un duro golpe; está suponiendo la revisión de un modelo de vida y de un sistema que creíamos innegables y verdaderos. Deberíamos haber aprendido que en la vida todo es cíclico y al igual que sube, baja. El crecimiento exponencial ilimitado no es parte de la naturaleza.
Bendita oportunidad: Nos ha quitado la venda de los ojos, como si todo este tiempo hubiésemos vivido con una veladura que nos impedía discernir la realidad, tan abarrotados estábamos de excesos, embotada nuestra precepción. Como si hubiéramos vivido en una realidad paralela, en un resort de vacaciones de lujo durante más tiempo del acostumbrado y, ahora, al volver a casa, ver que el haber estado ausentes durante tanto tiempo ha hecho mella, tanto física como mentalmente.

Es por eso que tenemos que blandir las mejores armas que tenemos: Trabajo, educación, constancia, esfuerzo, criterio y esperanza. No esperanza, esperando que otros nos ayuden a salir adelante, sino la esperanza de que si  está en nuestra mano, es mejorable. Confiar en nuestras posibilidades, no en las promesas de políticos demagogos y expertos en el manejo de la palabra; confiar en nuestro esfuerzo: todo, si se hace bien, da sus frutos, como dice el dicho "quien siembra, recoge". Y por último, y no menos importante, una sonrisa; todo es más fácil siempre con una sonrisa. Termino con una gran frase de Eduardo Galeano: Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo.

1 comentario:

Nuevo dijo...

Desde luego estoy hasta pensando en seguir tus pasos, no es un problema de crisis, es un problema de cultura, mentalidad, esfuerzo, educación, en definitiva valores; y con pretexto de "crisis", muchos valores estan muriendo, pero como bien dices, si hay vida hay ideas y eso es esperanzador.

Desde luego ya nos lo avisaron:

La "crisis" es temporal, el honor eterno ;)